Al visitar a su tío, el niño que interpreta se encuentra solo en la mansión familiar. El hermano de tu madre, un científico chiflado, parece haber sido succionado a una dimensión paralela. Afortunadamente, todavía puede comunicarse contigo y guiarte a través de las diferentes habitaciones de la casa, cada una de las cuales es una oportunidad para resolver un enigma usando leyes físicas específicas. Sí, definitivamente recuerda a Portal, con un bigote viejo como GLaDos. Si la narración usa procesos similares (una voz superpuesta que mueve compuertas entre dos salas de prueba), los elementos del juego siguen siendo diferentes. Aquí no hay una pistola de portal, sino un guante que te permite cambiar entre diferentes dimensiones. Son cinco en total, si incluimos el de la realidad estándar. Para superar los acertijos, es imprescindible pasar por los planos más esotéricos que son las dimensiones Pluma, Plomo, Lentitud y Antigravedad. El primero hace que todos los objetos sean extremadamente ligeros. El niño frágil que eres puede transportar muebles o cajas fuertes con facilidad. Por el contrario, la dimensión Plomo hace que todos los objetos sean diez veces más pesados de lo que realmente son. Esto puede ser útil para tensionar los mecanismos sensibles a la presión. En la dimensión Lenta, el tiempo se ralentiza mucho, lo que te permite realizar peligrosas acrobacias que, de otro modo, inevitablemente te perderías. Finalmente, al pasar en la dimensión Antigravedad, los objetos se ven impulsados hacia el techo. Si los niveles más básicos solo nos ofrecen control de una, dos o tres dimensiones, las salas más interesantes nos dan total libertad. La combinación de estos cuatro elementos de juego puede ejercer presión tanto en el cerebro como en los reflejos. Porque a diferencia de la serie Portal (especialmente el segundo episodio), aquí es necesario saber mostrar habilidad además de inteligencia.
Código cuántico
Interruptores, rayos láser, distribuidores de objetos, arquitectura ornamentada y varios y variados mecanismos científicos constituyen el lote común de las habitaciones de la mansión. Así que comenzamos cada nivel con un reconocimiento rápido del lugar, seguido de una pequeña sesión de lluvia de ideas donde una solución comienza a tomar forma. A veces se impone de manera evidente, otras veces nos quedamos incrédulos ante lo que estamos desarrollando, pero la resolución del problema siempre es altamente satisfactoria. Nunca nos encontramos bloqueados por un rompecabezas demasiado complejo y, por todo ello, tampoco tenemos la impresión de que nos tomen por tontos. En resumen, la dificultad "neuronal" está bastante bien equilibrada. El que apela a la habilidad del jugador es un poco más irregular. Algunos pasajes requieren tiempos precisos y saltos dignos de los juegos de plataformas más exigentes. Por lo tanto, a menudo lo intentamos varias veces, lo que puede molestar un poco a los jugadores más impacientes, pero al final aumenta la satisfacción del trabajo bien hecho. Y créanos, encontrarse haciendo surf sinusoidal en una mesa de café voladora (Pluma para tirar la mesa, Lento para saltar sobre ella, luego alternar entre gravedades para pasar entre rayos láser) bien vale la pena algunos intentos fallidos. Si la vida útil depende necesariamente de tu capacidad para resolver los puzles rápidamente o no, se puede estimar en unas ocho horas, sin contar el tiempo necesario para completar los distintos desafíos opcionales (encontrar objetos ocultos, superar los niveles sin morir, en un número dado de cambios de dimensión, en un tiempo limitado...). Sabiendo que el juego se vende a tan solo 15 euros, la relación cantidad/precio es excelente. En consecuencia, fácilmente perdonamos el hecho de que ya estén planeados dos contenidos descargables (los éxitos de Steam asociados a ellos ya forman parte de la lista...) o que el final sea un poco abrupto y chapucero. El destino no importa ya que el camino para llegar a él habrá sido francamente muy agradable!