Paraíso del ritmo de prueba

    Paraíso del ritmo de pruebaVersión europea de Rhythm Tengoku Gold, a su vez secuela de Rhythm Tengoku (cartucho de GBA inédito en el Oeste de su estado), Rhythm Paradise llega con nosotros envuelto en un halo que evoca más a un ovni que a la buena superproducción musical familiar. Sin embargo, cualquier jugador informado encontrará muchos puntos en común con una famosa franquicia de la editorial. Sin querer arriesgarnos al pequeño juego de las comparaciones, sí debemos reconocer que visto de lejos, Rhythm Paradise puede confundirse como el último retoño de la dinastía. WarioWare. Y por una buena razón, el concepto nació de los mismos cerebros bajo los ácidos. De este vínculo familiar, Rhythm Paradise hereda pues varios elementos, empezando por una dirección artística proteica, en la que un diseño gráfico despojado -pero trabajado- puede codearse con un diseño kawaii sin que este pueda escandalizar a los estetas que duermen en nosotros. Para lograr tal resultado, el título se nutre de una segunda idea de su herencia genética, la de fragmentarse en una pluralidad de minijuegos; 50 más precisamente. Agrupados en series de cuatro que un patchwork que los compila se encarga de concluir en una prueba de Remix, estos desafíos se distribuyen en realidad en una primera tanda de una treintena de elementos obligatorios para ver el scroll de los créditos, a los que se suma siguiendo las veintes que faltan. Una especie de menú de lo mejor ligeramente picante, este último vuelve a visitar los eventos que los desarrolladores han considerado más inspiradores. Basta decir una oferta para jugadores de buen gusto en busca de un reto.



     

    Un ritmo infernal

     

    Paraíso del ritmo de pruebaPero antes de llegar allí, habrá que babear un mínimo. Rhythm Paradise est, vous l'aurez compris, une compilation de mini-jeux qui va puiser son inspiration dans tout ce qui est susceptible, dans l'esprit pas toujours très net des développeurs, d'inclure de près ou de loin une notion de el ritmo. Baste decir que si no sois el rey de la pista de baile, a veces será mejor, señores, dejar la consola a vuestra media naranja que sueña con clases de salsa cada verano. Los resultados están garantizados. Tocar la pantalla táctil, dibujar trazos ligeros y nítidos en ella o mantener presionado el lápiz óptico mientras se tiene cuidado de no traicionar el ritmo no es una tarea tan fácil como parece. Si la primera prueba, que nos pide que construyamos "artilugios indefinibles" en fila (según el breve resumen realizado en el juego) impulsando la pieza que falta en el momento del "Sol" del "Dé, Ré, Mi, Fé , Sol", plantea sin sutilezas los compases en los que hay que detenerse, otros como Lézards Ardents, que sigue siendo un auténtico misterio a nuestro juicio, o Sur le Vif se revelan un poco más sutiles. Por lo tanto, es imprescindible familiarizarse con las pruebas a través del tutorial ofrecido sistemáticamente para aprovechar los tiempos, a veces sutilmente camuflados, especialmente porque ciertas pruebas que requieren un poco de habilidad (Le Labo de l'Amour o Récolte Frappée, por ejemplo) ponen de manifiesto una ligera inexactitud del aguja. Nada tan malo, dicho esto, el juego es generalmente muy divertido y particularmente adictivo.



     

    De hecho, la gran fortaleza de Rhythm Paradise es su capacidad para entretener a cualquier público gracias a un manejo intuitivo [...] y una accesibilidad que se traduce en la posibilidad de saltarse los desafíos algo complicados después de un puñado de ajedrez".

     

    Paraíso del ritmo de pruebaDe hecho, la gran fortaleza de Rhythm Paradise es su capacidad para entretener a cualquier público gracias a un manejo intuitivo (usando exclusivamente el lápiz óptico), una diversidad que tarde o temprano sacará una sonrisa a los rostros de los más escépticos y una accesibilidad que se traduce en la posibilidad de omitir los desafíos algo complicados después de un puñado de fallas. Pero todo esto no sería nada sin la banda sonora de Dios-fuego que mima constantemente a nuestros pequeños oídos. Normal que digas, el famoso productor japonés Tsunku♂, que ha estado relacionado con la serie desde sus orígenes, habiendo trabajado una vez más en el cartucho. Cabe señalar sobre este tema que las versiones francesas de las canciones resultan ser de buena calidad en su mayor parte, contrariamente a lo que se podría haber temido. Para los que estén cansados ​​de aplaudir a un ídolo respetando el ritmo impuesto por su club de fans, de hacer de DJ aprendiz siguiendo las instrucciones de su mentor, o más simplemente de bailar al compás a fuerza de encadenar los Perfects, precisamos que el las medallas que sirven como recompensa por estas hazañas se pueden reinvertir en otros eventos como los Juegos Infinitos o los Juegos Rítmicos. Dos tipos de delirios que van mucho más allá de la simple noción de puntuación que se proporciona en la parte principal del juego.Lástima, sin embargo, que la experiencia no se puede compartir en un modo multijugador.





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