Dado que el Tecktonik aún requiere un arduo aprendizaje de los pasos antes de poder arrasar en todas las pistas de baile del planeta, habrá que seguir primero los sabios consejos de Treaxy, una bailarina que se ha labrado una reputación de daron en el reino de las discotecas. El concepto del juego sigue el modelo de Elite Beat Agents: toque discos de colores en un orden específico que aparecen más o menos rápido en la pantalla, según el nivel de dificultad seleccionado. Para obtener el máximo de puntos, incluso tendrás que tener un cierto sentido del tiempo al apuntar los perdigones, lo que añade un pequeño desafío en tu búsqueda de medallas de oro. Durante las batallas se imponen otras figuras como deslizar el lápiz a lo largo de un friso, o seguir el curso de una perla luminosa sin perder el hilo. Si no podemos decir que el manejo de Tecktonik: World Tour es fundamentalmente malo, lamentamos por otro lado la ausencia total de ritmo que de repente arruina el interés del juego.De hecho, desde las primeras partes, nos damos cuenta de que el tempo impreso por la diferente música -unas quince en total en el cartucho- está desfasada con el clic de los discos; no estamos lejos del asesinato. Difícil divertirse en tales condiciones, sobre todo porque la realización de Tecktonik: World Tour vuelve a hacer que la DS parezca una incompetente en términos de 3D. De Berlín a Tokio, pasando por Ibiza y Nueva York, el paisaje es espantosamente pobre, de día y de noche. Sin embargo, había material para, pero los artistas de Dancing Dots sin duda prefirieron concentrarse en los pasos del personaje bastante convincente cuando uno está acostumbrado a entrecruzar las cajas parisinas. Algunos dirían que esto sigue siendo básico en comparación con lo que un Spoke puede realizar en la parte superior de su juego, pero ese es otro problema. Por último, criticaremos la vida ultracorta del título -entre dos y tres horas de juego en total-, así como su débil dificultad -incluso en cinco estrellas contra el profesor- que en realidad no le hacen ningún favor. . Pero Tecktonik: World Tour siempre puede contar con un puñado de seguidores que gustosamente dejarán unos euros para practicar su disciplina favorita, sin aparecer en el metro.