¿Conocías el lugar de nacimiento de Rico? Pues se trata de Medici, un archipiélago ficticio cuyos paisajes recuerdan mucho a los de las costas mediterráneas en general, y de Córcega en particular. Bien hecha la vida, Medici ha caído durante unos años bajo el yugo del general Di Ravello, un dictador como nuestro héroe gusta de derribarlos. Pero no nos extenderemos demasiado en los detalles del escenario, que evidentemente no tiene mucha importancia. Al igual que sus predecesores, Just Cause 3 debe tomarse como un juego de acción pura, poblado por personajes caricaturescos que no se verían fuera de lugar en una película de los 80, además de la serie Z. Recordemos de todos modos que el tratamiento aplicado a Mario Frigo, el amigo de la infancia de Rico, y Dimah Al-Masri, un científico perturbado, es relativamente interesante, y que en general agradecemos verlos intervenir en las cinemáticas que puntúan las misiones principales. Además, la versión francesa, aunque un poco exagerada y carente de acentos sureños, en general es bastante buena. Sin embargo, la historia se reduce a derrocar a un malvado dictador, que está al frente de gigantescos depósitos de Bavarium, un poderoso mineral con propiedades misteriosas. No es suficiente para devanarse los sesos, pero no es para eso que estamos aquí. Además, la escena introductoria del juego marca la pauta, fastidiosa y explosiva, ya que nos encontramos directamente inmersos en la acción. ¡Pasarás tus primeros minutos controlando un Rico suspendido en las alas de un avión, disparando lanzamisiles a las instalaciones de abajo! A partir de entonces, el ritmo se mantiene sostenido ya que la progresión de la aventura gira en torno a la liberación de pueblos y bases militares, liberación que se obtiene simplemente destruyendo las distintas instalaciones de Di Ravello (camiones de propaganda, altavoces, tanques, transformadores, silos, estatuas con la efigie del general, antenas de satélite, etc., todo ello convenientemente teñido de rojo para que sea fácilmente identificable.
RICO, CASA, RICOCHE
Evidentemente, muchas armas y vehículos militares están a nuestra disposición para hacer estallar todo esto. Pero a veces la destrucción está a solo una llamada de distancia. No, no nos referimos aquí al sistema de entrega rebelde, que te permite soltar instantáneamente cualquier equipo (previamente desbloqueado) en cualquier lugar, sino al gancho de agarre de Rico, que no es solo para que él se mueva con velocidad y velocidad. De hecho, es posible usar esta garra para conectar diferentes objetos y luego retraerla para acercar estos diferentes elementos. Concretamente, podemos conectar una vaca a la pala de un aerogenerador, remolcar un coche sin gasolina o incluso lanzar a un enemigo a los cielos conectándolo a un cohete con la misma facilidad que enviar un barril explosivo a un tanque, levantar una puerta corredera o derribar las más ligeras instalaciones militares. Con un poco de imaginación y preparación, es posible superar las bases enemigas incluso cuando te quedas sin municiones.
Pero en paralelo a la destrucción, un mundo abierto como el de Just Cause 3 también debe ofrecer un componente de exploración de calidad. Y desde este punto de vista estamos servidos...
Esta libertad de acción refuerza el aspecto sandbox del juego, que nunca se toma a sí mismo en serio. Pero en paralelo a la destrucción, un mundo abierto como el de Just Cause 3 también debe ofrecer un componente de exploración de calidad. Y desde este punto de vista estamos servidos, ya que además del garfio y el paracaídas ya presentes en el episodio anterior, Rico ahora está equipado con un traje de alas, gracias al cual puede flotar en el aire. Pero lo mejor es que estos tres accesorios se pueden combinar entre sí. Desde el suelo, por lo tanto, podemos lanzar la grapa en una repisa alta, activar la apertura del paracaídas justo antes de aterrizar para ganar altura, continuar con la apertura del traje de alas para comenzar a planear, colgar temporalmente pero regularmente con un gancho de agarre en el suelo o en las paredes cercanas para restaurar la velocidad del traje alado, y volver a disparar el paracaídas de vez en cuando para evitar estrellarse miserablemente contra ciertos elementos decorativos. Tras un breve tiempo de adaptación, consigues enlazar todos estos movimientos con fluidez, y por tanto moverte a altísima velocidad y con agilidad, como un auténtico Spider-Man desinhibido.
MUY LIBERTAD CABRON
Evidentemente es muy agradable pero, a cambio, nos encontramos abandonando la mayoría de los vehículos terrestres, que no soportan la comparación. Es cierto que algunas misiones con guión, desafíos cronometrados (casi obligatorios ya que te permiten desbloquear habilidades adicionales) y eventos aleatorios nos obligan a usarlos, pero al final, los autos y otras motocicletas se quedan en el camino en este episodio. ¡Aunque son numerosos, y más manejables que en las partes anteriores! Buen punto, por otro lado, para el diseño de niveles, que se basa en gran medida en la verticalidad y que, por lo tanto, permite el uso permanente de los tres accesorios milagrosos de Rico. Desde un punto de vista técnico, el juego es un poco frío y caliente. Muy bonito de lejos, pero lo suficientemente lejos de serlo de cerca, Just Cause 3 muestra espléndidos paisajes mediterráneos en cuanto ganamos altura, pero nunca deslumbra cuando estamos en el suelo. Además, nunca se nos da la oportunidad de visitar el interior de los numerosos edificios presentes en las islas. Esto no impide que los desarrolladores nos impongan muchos tiempos de carga largos en cuanto abandonamos la propia exploración (lanzamiento de una misión principal o secundaria, por ejemplo). Otra decepción es la falta de un modo multijugador real, a pesar de que la comunidad de Just Cause 2 logró crear uno hace unos años. Habrá que contentarse con simples clasificaciones online, que se anidarán en las acciones más inocuas (mayor distancia recorrida con grapa, mayor altura alcanzada en paracaídas, número de enemigos abatidos en pocos segundos, etc.). Para ello, el juego intenta conectarse regularmente a los servidores de Square Enix, lo que puede ser molesto cuando no tienes una conexión a Internet muy estable. A pesar de estos pequeños defectos, el balance sigue siendo extremadamente positivo. Y si todavía está lejos de estar a la altura de un GTA 5 por ejemplo, Just Cause 3 sigue siendo el mejor Just Cause que ha visto la luz jamás. ¡Y eso ya es mucho!