Gráficos acertados, jugabilidad refrescante y algunas ideas geniales, el cóctel ofrecido con la primera parte de Horse Life ha dado sus frutos, cuanto menos. Inevitablemente, ante la hegemonía de las famosas, pero no menos detestables, Alexandra Ledermann, Game Life y Neko Entertainment tuvieron que ser innovadoras. Para los tontos del fondo de la sala que dormitan cerca del radiador, sepan que Horse Life nos ofrece dos visiones de la equitación: el manejo de su caballo y las pruebas a superar para convertirse en la reina del galope. Dado que la fórmula dio sus frutos en el primer juego, Horse Life 2: Aventuras por el mundo no podía negar sus orígenes. Es por esto que, inicialmente, el jugador (o más bien el jugador) debe elegir su caballo. Se ofrecen varias razas (sin contar las ocultas) con la posibilidad añadida de dotar de personalidad determinados aspectos de su animal, como el color, la crin o incluso la vestimenta. Si ya no es necesario pasar por la etapa del potro joven, siempre se le pide que cuide a su animal. Nada muy complicado, solo estar atento acariciándolo, alimentándolo, cepillándolo, limpiando su caja o incluso dejándolo tomar un poco de aire en el prado. Si este aspecto del juego puede parecer divertido al principio, también puede volverse aburrido rápidamente, los gestos son idénticos independientemente del progreso en el juego. Afortunadamente, para compensar el lado de la gestión, hay desafíos en el juego, lo que permite no solo variar los placeres, pero también disfrutar de un sistema de juego bastante ingenioso aunque trasplantado de Oendan (o Elite Beat Agents en Occidente). Como es habitual, será necesario validar los balines que aparecen en la pantalla o seguir una ruta con flechas según un tiempo muy preciso. Según el color que se muestre (desde el rojo hasta el verde, pasando por el amarillo o el azul), el jugador sabe si está en ritmo y por tanto permitirá que su corredor supere las pruebas requeridas. El juego casual requiere un objetivo femenino específico, la dificultad en Horse Life 2 está lejos de ser insuperable. Los desarrolladores incluso, al parecer, han reducido la dificultad. Si en el primer Horse Life nos teníamos que conformar con unos paisajes clásicos, ahora podremos viajar por el mundo para competir en campeonatos. Europa, Estados Unidos o incluso África, este curso lingüístico te permite cambiar la decoración y por lo tanto el ambiente. Por lo tanto, las novedades reales son raras, si no ausentes, pero Horse Life 2 compensa estas deficiencias con un logro muy exitoso. El modelado ha ganado en delicadeza, los colores siguen siendo muy brillantes y los ambientes mucho más variados. Por otro lado, lamentamos que los diseñadores aún no hayan pensado en integrar un modo multijugador que alargaría aún más la vida del juego, lo que ya es toda una consecuencia. Crucemos los dedos por la tercera entrega.