No hay necesidad de aullar de escándalo si esta prueba te parece rápida a primera vista. A decir verdad, hay juegos cuyo título solo podría ser suficiente además de la calificación. Pero como es necesario argumentar esto último por lo menos, y como su servidor debe ganarse la vida, desarrollaremos un poco. Se trata pues, oh sorpresa, de la adaptación del famoso juego de mesa. Así que nos encontramos con el mismo tablero, las mismas reglas, los mismos peones… todo es idéntico, salvo que jugamos con mando y todo lo gestiona la consola. Es muy bonito y la verdad, siempre que tengas amigos con los que jugar, puedes engancharte rápidamente al juego, e incluso divertirte usando un tablero diferente al básico entre los diez que se ofrecen. . Un cambio puramente cosmético, pero agradable. Aún así, en este caso, nos decimos a nosotros mismos que la versión de meseta hace el trabajo igual de bien y es necesariamente más fácil de usar que cuatro bribones plantados frente a una pantalla. En cuanto a jugar en solitario, no solo nos damos cuenta de que además del interés casi nulo por enfrentarse a oponentes artificiales, el simple hecho de no poder acelerar el tiempo mientras juegan es suficiente para hacernos olvidar esta posibilidad.
en bandeja
No, a decir verdad, el único interés que le vimos a la transposición de Monopoly en consolas fue poder jugarlo online. Después de todo, una pequeña fiesta con amigos diciendo tonterías en los auriculares mientras juegan puede ser divertida. Solo niet, para el multi, es imperativo estar en la misma habitación. Para intentar sacarle ventaja a esta edición digital, podríamos recurrir al modo “Richissime”, que ofrece reglas completamente nuevas; pero siendo sólo de azar y no de dinero, presentan sólo un interés muy limitado. Solo participamos en minijuegos totalmente vacíos para determinar la cantidad de peones que tiene cada jugador. Peones que caen aleatoriamente sobre el tablero y determinan sus posesiones básicas. Entonces se trata básicamente de negociar para tratar de obtener la mejor propiedad inmobiliaria posible y ganar el juego. La única ventaja de este modo, poco emocionante, es que permite partidas más cortas, de treinta a sesenta minutos. Así que bueno, ganamos en tiempo lo que perdemos en placer. De repente, parece más largo, y eso es una pena. Como puede ver, esta prueba no apunta a una conclusión muy feliz. Pero es que amamos el Monopoly en la base, y que las historias de amor acaban mal... ¿Se nos salen los ojos halagados por esta experiencia? La vista en 3D del tablero, los peones y el curso general de un juego son muy correctos, aunque, por supuesto, no debes esperar destreza gráfica. Por otro lado, los menús son horriblemente feos, aunque su importancia es relativa.